Creo que hay dos procesos simultáneos en mi trabajo: aquellos mediatizados por objetos maquínicos, rápidos y posibles de ser multiplicados como la foto y el vídeo, y aquellos de pieza única, procesos lentos y directos. Ambos se proponen medir el tiempo y la labor del amor parece su destino. Mis dibujos están conformados por estructuras básicas que se repiten hasta el infinito: líneas, círculos y puntos volcados en horas, días y meses. El acto lento y paciente del dibujo me permite recobrar y perder el tiempo, pensar y no pensar, dibujar para no extrañar.